Etapas de Formación

Etapa del Aspirantado

Naturaleza

Dios en su bondad llama a todos los cristianos en la Iglesia a la perfección de la caridad, según los diversos estados de vida, para que progresando en la santidad personal se promueva la salvación del mundo.

La preocupación por las vocaciones a nuestra vida procede principalmente de nuestro convencimiento de vivir nosotros mismos y ofrecer a los demás un ideal de vida rico de valores humanos y evangélicos. Este, al mismo tiempo, ofrece un auténtico servicio a Dios y a los hombres y es de gran provecho para el desarrollo de la persona.

Objetivos

  • Crear espacios de discernimiento que permitan una decisión vocacional libre y responsable.

  • Proponer caminos de crecimiento afectivo según el estilo de Jesús, invitando a vivir desde la lógica de la entrega gratuita.

  • Presentar una visión del mundo desde las coordenadas de la espiritualidad franciscana.

Las dimensiones

Dimensión espiritual

  • Ofrecer la ayuda necesaria para que el proceso de discernimiento vocacional sea consecuencia de una elección personal de fe.

  • Incentivar la oración, la vida sacramental y la lectura diaria de la Palabra de Dios.

  • Descubrir, a través de la mirada interior, un camino de apertura a la trascendencia y a la belleza de la Creación.

Dimensión humana

  • Expresar un conocimiento de sí mismo adecuado a la propia edad.

  • Dejarse acompañar en el camino del discernimiento vocacional.

  • Mostrar deseos de pertenecer a un grupo y habilidades para establecer relaciones.

Dimensión intelectual

  • Presentar los principios y fundamentos de la experiencia de la vida cristiana.

  • Ofrecer un primer acercamiento crítico al Misterio de Cristo.

  • Iniciar el contacto con la vida de san Francisco y santa Clara presentando, de modo sencillo, los valores del carisma franciscano.

Dimensión misionero-pastoral

  • Si el candidato participa en alguna actividad pastoral, mantener su colaboración; en caso contrario, sugerirle alguna tarea pastoral.

  • Dar a conocer, de forma general, los servicios pastorales y apostólicos que la Orden, la Provincia o la Custodia realizan.

  • Iniciar la lectura del Evangelio, privilegiando textos que presentan con mayor claridad la pedagogía pastoral de Jesús en el anuncio del Reino de Dios.

Dimensión carismática

  • Ayudar a escuchar los deseos profundos del corazón y las motivaciones por nuestra forma de vida.

  • Hacer de la oración el espacio fundamental del discernimiento vocacional.

  • Presentar la vida capuchina desde una sólida eclesiología y una adecuada teología de la vida religiosa que valoriza todas las vocaciones del Pueblo de Dios.

Tiempo

El tiempo de discernimiento antes del ingreso puede variar, pero en todo caso debe favorecer tanto que el candidato conozca nuestra propuesta de vida como que los responsables del acompañamiento perciban en él signos de consistencia vocacional.

Etapa del Postulantado

Naturaleza

El postulantado es el primer periodo de la iniciación en el cual se hace opción de seguir nuestra vida.

En este período, el postulante conoce nuestra vida y realiza un ulterior y más cuidadoso discernimiento de su vocación. La fraternidad, por su parte, conoce mejor al postulante y se comprueba el desarrollo de su madurez humana, sobre todo de la afectiva, así como su actitud para discernir la vida y los signos de los tiempos según el Evangelio.

Objetivos       

  • Ayudar al postulante a adquirir el conocimiento de sí mismo y la autonomía necesaria que le permita integrar de forma madura la propia historia y la realidad personal, con sus luces y sombras.

  • Profundizar en la relación personal con Jesucristo, contemplando sus actitudes de amor, bondad, compasión y misericordia.

  • Despertar la sensibilidad por las causas sociales que generan injusticia, violencia, pobreza y violación de los derechos humanos.          

Las dimensiones

Dimensión espiritual  

  • Hacer, con ayuda del acompañamiento, una narración autobiográfica en clave de fe, para tomar conciencia de la llamada de Dios.

  • Introducirse progresivamente al misterio de la eucaristía y al sacramento de la reconciliación.

  • Iniciarse en la oración litúrgica de la Iglesia y en la oración contemplativa.

Dimensión humana

  • Comprender y gestionar las propias emociones, prestando una especial atención a los aspectos afectivos.

  • Cuidarse a sí mismo, desde el punto de vista físico y psicológico, configurando una sana autoestima.

  • Acoger los elementos para la elaboración del proyecto personal de vida, tomando como punto de partida la propia biografía.

La dimensión intelectual

  • Profundizar en el Catecismo de la Iglesia Católica.

  • Conocer la persona de Jesús mediante un programa de lectura sistemática del Evangelio.

  • Leer alguna hagiografía y una biografía moderna de san Francisco y santa Clara.

Dimensión misionero-pastoral

  • Consolidar, a través del acompañamiento, los criterios de fe para la vida.

  • Comprometerse a una primera experiencia de trabajo apostólico y de servicio a los pobres.

  • Crecer en la sensibilidad misionera y social, atento a leer los signos de los tiempos.

La dimensión carismática

  • Acercarse a la persona de Francisco, descubriendo en él un modo original y bello de encarnar las intuiciones evangélicas.

  • Apreciar la vida fraterna, la minoridad, el silencio y la belleza de la creación.

  • Cultivar un espíritu de disponibilidad a las necesidades del mundo y de la Iglesia.

Tiempo

El tiempo es variable según las necesidades de los candidatos. En los últimos años, a causa de los cambios socio-culturales, eclesiales y familiares, existe una tendencia a prolongar el tiempo del postulantado, con el deseo de facilitar el discernimiento y permitir una mayor maduración humana y cristiana. Nuestra legislación marca el mínimo de un año, pero en la mayoría de las áreas geográficas de la Orden se extiende a dos años.

El postulantado comienza cuando el candidato es admitido por el Ministro provincial.

Etapa del Noviciado

Naturaleza

El noviciado es un periodo de iniciación de más intensa y profunda experiencia de la vida evangélica franciscano-capuchina en sus exigencias fundamentales; presupone una decisión firme y libre para abrazar y probar nuestra forma de vida religiosa.

Objetivos

  • Releer la propia historia en clave de gracia y como lugar de salvación, desde la gratuidad del amor y la compasión de Dios.

  • Reforzar la centralidad de Cristo en la propia vida, encarnando sus sentimientos y actitudes, contemplando el misterio de su divina humanidad.

  • Profundizar en el seguimiento de Cristo, oponiéndose al consumismo que genera exclusión; educarse en el diálogo, acogiendo la riqueza de la diversidad e integrando las diferentes maneras de ser.

Las dimensiones

Dimensión espiritual

  • Interiorizar la vida espiritual capuchina, centrada en la eucaristía, la liturgia de las horas y en la oración mental, con la ayuda de la lectio divina y de las tradiciones genuinas de la Orden (Const 31,3).

  • Adquirir el hábito del silencio interior.

  • Profundizar en la dimensión teológica de los votos a través de la contemplación de la persona de Jesucristo, pobre, obediente y casto.

Dimensión humana

  • Relacionarse con los hermanos compartiendo la propia historia personal.

  • Integrar la dimensión afectivo-sexual estableciendo relaciones sanas, maduras y oblativas.

  • Ejercitarse en el discernimiento personal y comunitario como medio para sintonizar con el plan salvífico de Dios.

La dimensión intelectual

  • Complementar el estudio del catecismo con el de la teología de la vida religiosa y los valores propios de nuestra vida.

  • Estudiar una introducción general y sistemática de la Biblia y de la liturgia.

  • Profundizar los contenidos y espiritualidad de los Escritos de san Francisco (la Regla, el Testamento), las Constituciones, los Consejos Plenarios y de otros documentos de la Orden.

Dimensión misionero-pastoral

  • Descubrir en nuestra misión carismática una vía para colaborar en la construcción de un mundo más evangélico y fraterno.

  • Tener encuentros con hermanos de la circunscripción que encarnan en su vida y en sus valores carismáticos la misión de Jesús.

  • Realizar actividades de servicio entre los pobres y necesitados.

La dimensión carismática

  • Aprender, entre los hermanos, el arte de la fraternidad.

  • Descubrir que ser hermano menor capuchino es nuestro modo peculiar de ser Iglesia: construyendo espacios de acogida, de encuentro y de ternura.

  • Acoger y transmitir con fidelidad creativa los valores carismáticos.

Tiempo

El Código de Derecho Canónico establece que el tiempo de duración, para que el noviciado sea válido, es de doce meses transcurridos sin interrupciones en la casa del noviciado, y nunca más de dieciocho meses. La ausencia que supere quince días debe suplirse y la que es superior a tres meses lo invalida.

Etapa del Posnoviciado

Naturaleza

El postnoviciado, que comienza con la profesión temporal y concluye con la profesión perpetua, es la tercera etapa de la iniciación. En este período los hermanos progresan en una ulterior maduración y se preparan para la elección definitiva de la vida evangélica en nuestra Orden.

El itinerario formativo del postnoviciado debe ser igual para todos los hermanos por su esencial referencia a la consagración religiosa y a la profesión perpetua. Ya que en nuestra vocación la vida evangélica fraterna ocupa el primer lugar, désele también prioridad durante este tiempo.

Objetivos

  • Vivir la libertad y la entrega en las que se sustenta la consagración religiosa.

  • Consolidar la comunicación, el conocimiento recíproco, la transparencia en las relaciones y la corresponsabilidad fraterna.

  • Testimoniar la solidaridad, la justicia y la verdad al lado de los que sufren.

Las dimensiones

Dimensión espiritual

  • Consolidar la centralidad de la consagración de la propia vida.

  • Descubrir en la oración y en la Palabra la acción constante del Espíritu.

  • Vivir en una sana tensión el equilibrio entre acción y contemplación.

Dimensión humana

  • Fortalecer una estructura afectiva que favorezca la interdependencia y ayude a superar el individualismo.

  • Integrar desde el acompañamiento las necesidades espirituales, físicas, intelectuales y afectivas.

  • Programar el tiempo en un sano equilibrio entre lo personal, lo comunitario y el servicio a los pobres.

La dimensión intelectual

  • Consolidar un pensamiento crítico, abierto y evangélico.

  • Profundizar en el estudio de la Sagrada Escritura, la teología, la liturgia, la historia de la Iglesia y la espiritualidad de la Orden. Todos los hermanos, independientemente de la opción clerical o laical, han de recibir las bases suficientes para fundamentar la vida de consagración y servicio.

  • Adquirir un buen conocimiento de la historia de la Orden y de la propia Circunscripción.

Dimensión misionero-pastoral

  • Aprender a programar y evaluar en fraternidad las tareas pastorales.

  • Realizar experiencias de misión en situaciones de frontera.

  • Buscar el equilibrio entre la acción, la vida espiritual, la fraternidad y el estudio.

Dimensión carismática

  • Afianzar el seguimiento de Jesús, afrontando también las dificultades.

  • Construir una identidad carismática sin fisuras, configurando la propia vida a la del Maestro.

  • Interpretar la realidad desde el misterio de la Cruz, donde el amor se concreta en la libertad, la desapropiación y la entrega.

Tiempo

El postnoviciado tiene una duración mínima de tres años, pudiéndose alargar hasta seis. Si el hermano o los responsables de la formación lo creen conveniente, y de manera excepcional, se puede prolongar hasta nueve años.

Integrar y consolidar nuestros valores carismáticos exige un camino paciente y progresivo. Se imponen aquí los principios de la personalización.